viernes, 20 de mayo de 2016

GUÍA TURÍSTICA DE PUEBLA DE DON FADRIQUE

En más de una ocasión me he encontrado con forasteros en la calle Álamo o en San Antón, visitantes que me preguntaban que monumentos visitar o lugares donde ir en Puebla de Don Fadrique. Hasta nuestras fechas, descubrirla suponía en cierta medida improvisar sobre el recorrido a realizar o lugares que ver. Tres o cuatro dípticos o trípticos mostraban algún que otro lugar de interés del municipio existiendo un importante vacío informativo de primera mano para todos aquellos que querían adentrarse en este bonito pueblo.

La Guía Turística de Puebla de Don Fadrique que ha visto la luz a comienzos del 2016 y de la que tengo el honor de ser autor, viene a saciar esta falta de información, pues es el primer documento que cubre todas las espectativas y necesidades informativas sobre la riqueza natural y cultural de Puebla de Don Fadrique, Almaciles y Bugéjar.

Tengo que agradecer al Ayuntamiento de Puebla de Don Fadrique, a su alcalde Mariano García y a Raúl Talavera, su predisposición e interés para que este documento vea la luz y, como no, a todos los poblatos, almacileños y amigos por las fotografías o textos aportados y por soportar mis preguntas a lo largo de estos últimos años.

No se trata sólamente de una Guía turística sin más, sino que conforma un libro bastante completo que realiza un interesante recorrido por todos los aspectos naturales y culturales de mi pueblo, La Puebla de Don Fadrique. La puedes solicitar si te interesa, en el Ayuntamiento de Puebla de Don Fadrique.

Va por todos los Poblatos, Almacileños y amigos de nuestra tierra.

José Fidel Rosillo.


















sábado, 5 de marzo de 2016

LA SIERRA DE LA SAGRA, UN LUGAR DE INTERÉS GEOLÓGICO SINGULAR AFECTADO POR EL TURISMO DE NATURALEZA.





Atrás quedaron los días en que los ascensos a la sierra de la Sagra se limitaban a aquellos singulares y a veces estrambóticos personajes (Antiguos naturalistas, cazadores tradicionales, montañeros, guardas o pastores autóctonos). En tiempos pasados, reinaba el silencio en sus cumbres y el contacto hombre naturaleza alcanzaba su máximo esplendor en momentos  inolvidables. Por aquel entonces, los atuendos de sus escasos visitantes, se limitaban a la ropa tradicional del momento: botas chirucas, pantalones de pana o camisas a cuadros entre otros. Lejos quedaron ya aquellos años, en los que era posible desconectar y contar con la no dependencia de un mundo plagado de telefonía móvil y otras nuevas tecnologías.

Para un lugar acostumbrado a la tranquilidad de los periodos geológicos tan largos en el tiempo, en dos décadas la sierra de la Sagra se ha visto sometida a cambios otrora inimaginables. Reina de una comarca históricamente deprimida, abandonada a su suerte durante muchos años por las administraciones públicas regionales y provinciales y rozando la pobreza durante décadas, de la noche a la mañana, esta maravillosa sierra se ha convertido para muchos en un parque de atracciones en este nuevo siglo XXI vertiginoso. En pocos años, se produce una fiebre casi obsesiva por alcanzar las mieles de sus cumbres y acariciar sus encantos; sin embargo, la Sagra aún no está del todo preparada para esto. Ignorada durante décadas por las administraciones públicas andaluzas, y mancillada respecto a  otras cumbres de mayor talla de la provincia de Granada, la sierra de la Sagra apenas cuenta con figuras de protección a pesar de los muchos esfuerzos realizados por los que nacimos a sus pies. Es hora de que los políticos estén a la altura de sus cumbres, que le devuelvan los honores que se merece tras los oprobios a los que ha sido sometida y se declare de una vez por todas a la Sagra como PARQUE NATURAL.

Hoy, la Sagra está desprotegida de las avalanchas humanas. Es prácticamente imposible no encontrar a alguien cualquier día del año en su cumbre. Son otros tiempos y otras modas de dibujos multicolores en sus laderas de camisetas, mallas, guantes térmicos, forros polares, pantalones de trekking, gorros, guantes polares, manoplas y mitones, calcetines, chaquetas con membrana impermeable, cortavientos, softshells, pantalones con membrana impermeable, guantes con membrana impermeable, etc, etc...

Por primera vez en muchos años, se produce (como siempre por iniciativas turísticas de corporaciones y vecinos locales), una gran afluencia de visitantes a nuestros pueblos. Gracias a las personas que nos visitan y que visitan también la Sagra, se produce un renacer de vida en nuestros municipios. Sin embargo, son muy pocos los que conocen las singularidades naturales de esta montaña. ¿Cuáles son las zonas geológicas singulares susceptibles? ¿Cuáles son sus endemismos? ¿Qué afecciones se pueden estar produciendo en este lugar? Tampoco las administraciones regionales con competencia en medio ambiente han informado adecuadamente sobre esto. La falta de regulación y control hace que la visiten personas con mayor y menor conocimiento y mayor y menor información, por lo que se están viendo afectadas (muchas veces sin saberlo) las fincas particulares existentes en su entorno, los depósitos geológicos periglaciares de sus laderas y la flora y fauna del lugar.

Organizado por Anse, Asociación de Naturalistas del Sureste, del 25 al 28 de noviembre de 2015 se celebró en Murcia el V Congreso de Naturaleza de la Región de Murcia y II del Sureste Ibérico. En el mismo participamos con el trabajo denominado: “LA SIERRA DE LA SAGRA, UN LUGAR DE INTERÉS GEOLÓGICO SINGULAR AFECTADO POR EL TURISMO DE NATURALEZA”, donde damos a conocer las singularidades geológicas de este macizo y el deterioro que están sufriendo los canchales periglaciares en épocas sin nieve. Este documento será enviado a las diferentes administraciones competentes en materia medioambiental de Andalucía.


Presento un extracto del mismo.


LA SIERRA DE LA SAGRA,
 UN LUGAR DE INTERÉS GEOLÓGICO SINGULAR AFECTADO POR EL TURISMO DE NATURALEZA.

J.F. ROSILLO MARTÍNEZ1, F. GUILLÉN MONDÉJAR1, M.A. ALIAS LINARES1, L.ARRUFAT MILÁN1 Y A. SÁNCHEZ NAVARRO2

1, GRUP. DE INVEST. DE GEOLOGÍA, UNIV. DE MURCIA, josefidel.rosillo@murciaeduca.es
1, GRUP. DE INVEST. DE GEOLOGÍA, UNIV. DE MURCIA, mondejar@um.es
1, GRUP. DE INVEST. DE GEOLOGÍA, UNIV. DE MURCIA, aalias@um.es
1, GRUP. DE INVEST. DE GEOLOGÍA, UNIV. DE MURCIA, larrufat@murciaeduca.es
2, GRUP. DE INVEST. DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE SUELOS, UNIV. DE MURCIA, antsanav@um.es

RESUMEN:
La sierra de la Sagra pertenece a los  municipios de Puebla de Don Fadrique y Huéscar (Granada). Con una altitud de 2381 metros s.n.m., es el pico más importante del sureste ibérico. Desde antiguo, esta imponente sierra ha sido un referente para los habitantes de su entorno y también para muchos viajeros que han pasado por estas tierras del noreste granadino. Son numerosas las personas que han alcanzado su cumbre, bien sea por interés personal, turístico o científico; visitantes provenientes de prácticamente todas las comunidades autónomas de España así como de numerosos países del mundo. En la actualidad, la sierra de la Sagra pertenece a la Zona de Especial Conservación Sierras del Nordeste, categoría de protección de espacios naturales establecida en Andalucía en 2003 mediante la Ley 18/2003 de 29 de diciembre. En la Sagra es frecuente encontrar especies endémicas, destacan entre otros los Zapaticos de la Virgen (Sarcocapnos sp.) y la Corona de Rey (Saxifraga longifolia Lapeyr.). De notable interés geológico, los primeros estudios en la comarca fueron los realizados por Nickles en 1904 y Fallot en 1945. Posteriormente ha sido objeto de numerosos estudios por investigadores de diferentes disciplinas. En 2011 fue incluida en el Inventario Andaluz de Georrecursos. El ascenso y descenso de tantas personas (sobre todo en verano) a través del famoso “embudo de la Sagra” y a través de  los “canchales” existentes en su vertiente norte, está ocasionando una aceleración de los procesos erosivos y el posterior transporte por gravedad de las rocas sueltas existentes, afecciones a la vegetación endémica y a la fauna del lugar. Es por tanto necesaria una mayor sensibilización que culmine con la protección de zonas susceptibles del macizo con el fin de conseguir un adecuado uso y disfrute del mismo en consonancia con su singularidad natural.

PALABRAS CLAVE: Patrimonio geológico, canchales, crioclastia, geoturismo.


ABSTRACT:
Sierra de la Sagra, belongs to the municipality of Puebla de Don Fadrique and Huéscar (Granada). With an altitude of 2381 meters above sea level, it is the most important peak of Iberian southeast. Since ancient times, this imposing mountain has been a reference for people in their surroundings and also for many travelers who have passed through these lands northeast of Granada. Numerous people have reached its summit, either by personal, tourist or scientific interest; visitors from almost all regions of Spain as well as from countries in the world. Currently, sierra de la Sagra belongs to the Special Area of ​​Conservation Sierras Northeast, protection category of natural spaces in Andalusia established in 2003 by Law 18/2003 of 29 December. In sierra de la Sagra it is common to find endemic species, such as “Zapaticos de la Virgen” (Sarcocapnos sp.) and “Corona de Rey” (Saxifraga longifolia Lapeyr). The first studies about theis region were carried out by Nickles in 1904 and Fallot in 1945 and were of significant geological interest. Since then many researchers from different disciplines have done important studies. In 2011 it was included in the Andaluz inventory of georesources. The ascent and descents of many people (especially in summer) through the famous "funnel Sagra" and through the "scree" existing on its northern side, are causing an acceleration of erosion processes and subsequently transportation by gravity of the existing loose rocks, also affecting the endemic vegetation and fauna. It is therefore a necessary ed for greater sensitisation to achieve the protection of areas of this mountain, in order to make an appropriate use and enjoyment of the place according with its natural uniqueness.

KEY WORDS: Geological heritage, scree, cryoclastia, geotourism.


ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN
La Sagra pertenece en la actualidad a la Zona de Especial Conservación Sierras del Nordeste, categoría de protección de espacios naturales establecida en Andalucía en 2003 mediante la Ley 18/2003 de 29 de diciembre. En la Sagra es frecuente encontrar especies endémicas, destacan entre otros los Zapaticos de la Virgen (Sarcocapnos sp.) y la Corona de Rey (Saxifraga longifolia Lapeyr.). En la memoria de la hoja geológica 929 de San Clemente realizada por el IGME en 2007, se establecieron puntos de interés geológico (PIG) en la zona, entre ellos el Cabalgamiento de Sierra de la Sagra. El PIG corresponde con uno de los puntos donde es más evidente la superposición por cabalgamiento del Subbético sobre el Prebético (MAGNA, 2007:85).

Dada la importancia de las formas de origen periglaciar que observamos en la Sagra, en junio de 2009 por iniciativa de miembros del equipo de investigación de Geología de la Universidad de Murcia, se envió documentación a la Junta de Andalucía dónde se hacía hincapié en la importancia de la geomorfología periglaciar de la sierra de la Sagra, solicitando la inclusión de la misma en el Inventario Andaluz de Georrecursos (IAG). En marzo de 2011, recibimos notificación del jefe de Servicio de Geodiversidad y Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, indicando su inclusión en el IAG en la revisión realizada en 2011. La Sagra en su conjunto, como lugar de interés perteneciente al rico patrimonio geológico de la comarca de Huéscar, ha sido presentada recientemente en el XV Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero, XIX sesión científica de la SEDPGYM celebrada en Logrosán (Cáceres) en  2014 (Rosillo et al, 2014).

Entre los años 2000 y 2010 algunos organismos públicos y otros privados comenzaron a promover la subida de grandes de grupos de personas a la cumbre de la Sagra para la realización de diferentes actividades deportivas y turísticas. Algunos de estos grupos que a veces superaban los cien componentes tenían como costumbre descender a través de los canchales existentes en su vertiente norte. El descenso a través de estos depósitos de rocas (sobre todo en verano y otras estaciones sin nieve) ha dado lugar durante estos últimos años a una aceleración de los procesos de erosión y transporte por gravedad de los fragmentos de rocas sueltas existentes cuyo resultado ha sido el deterioro de sus condiciones naturales. Además, en algunos casos se ha visto afectada la vegetación endémica y a la tranquilidad de la fauna del lugar.

A pasar de los esfuerzos realizados por diferentes miembros de la comunidad científica, la Junta de Andalucía declarando el lugar como LIG, asociaciones comarcales y regionales de defensa de la naturaleza, federaciones de montaña y algunos ayuntamientos de la comarca de Huéscar como el de Puebla de Don Fadrique por informar sobre las características naturales de esta montaña, los itinerarios recomendables a seguir durante el ascenso y descenso o la delicadeza y vulnerabilidad de ciertos enclaves geológicos, nos encontramos en pleno 2015 con un incremento del impacto por actividades de ocio y tiempo libre en determinadas zonas del LIG.

Este hecho lo consideramos consecuencia de una importante falta de información sobre el origen, la fragilidad y evolución de este tipo de depósitos periglaciares así como de una escasa concienciación sobre la importancia científica, didáctica, cultural y natural de este lugar, por tanto, es urgente la puesta en valor del mismo.


PROPUESTAS DE CONSERVACIÓN
Ante la delicada situación en la que encontramos algunas de estas formaciones geomorfológicas de origen periglaciar singulares en el sureste ibérico, proponemos las siguientes medidas de conservación:

·         Realizar un estudio geomorfológico de detalle para evaluar el grado de deterioro de los diferentes depósitos existentes en las zonas identificadas.

·         Colocar paneles informativos integrados en el paisaje que informen sobre las características de estos depósitos singulares y la necesidad de su conservación.

·         Fomentar actividades formativas e informativas para el adecuado conocimiento y aprovechamiento geoturístico del LIG.

·         En base a todo lo anterior, establecer normas de gestión destinadas  el turismo de naturaleza en la sierra de la Sagra que, en la medida de lo posible, eviten los ascensos y descensos por canchales en meses sin nieve.


CONCLUSIÓNES Y RECOMENDACIONES
La sierra de la Sagra es el macizo montañoso más importante del sureste ibérico. Es un isleo tectónico que alcanza los 2381 metros s.n.m., resaltando considerablemente en el paisaje respecto a otros relieves próximos. Como LIG destaca la superposición por cabalgamiento del Subbético sobre el Prebético, la geomorfología kárstica del macizo y la geomorfología periglaciar en sus laderas.  Es por tanto un Lugar de Interés Geológico (LIG) singular que presenta una enorme atractivo, por lo que desde el año 2000 se produce un importante incremento de visitas a su cumbre, principalmente por grupos de senderistas, deportistas y amantes de la naturaleza en general. Algunos de estos grupos han descendido en estaciones sin nieve por los canchales de piedras existentes, rompiendo el frágil equilibrio natural de estos depósitos (formados durante miles de años) y provocando la alteración de su morfología. 

Es por tanto necesario informar sobre las singularidades geológicas existentes en este lugar y la propuesta de diferentes medidas de conservación que permitan en un futuro próximo la inclusión o reconocimiento de la Sagra como Parque Natural, con el fin de conseguir una mejor gestión de este espacio y un adecuado uso y disfrute del mismo en consonancia con su singularidad natural.


© José Fidel Rosillo Martínez (2016)




martes, 7 de julio de 2015

PRESENCIA DE MINERALES DE URANIO EN ALMERÍA


Enlace: http://www.uhu.es/fexp/sem2015/programa.html






lunes, 15 de junio de 2015

I CONTRIBUCIÓN AL VOCABULARIO POBLATO


A D. FIDEL ROSILLO LÓPEZ. IN MEMORIAM

Calar de la Puebla, Puebla de Don Fadrique, sábado 11 de agosto de 1990.


Fue aquel día de verano del año 1990, en el que aún los caminos no ascendían a las mesetas del Calar, cuando subía despacio pero con paso firme por la vereda de los canchales hacia la caseta del Calar de la Puebla. Tocaba relevo y antes de llegar, descansé y tomé aire contemplando el pueblo desde la Piedra de la Rendija para acometer los últimos escalones que alcanzaban la cumbre. En los últimos metros, alcé la mirada y allí estaba él, observando el horizonte, a la hora en la que los últimos rayos del sol se escondían tras la Sierra de la Sagra.


Sobre una cornisa en el interior de la caseta acristalada, desde la que vigilaba los montes de la zona, tenía Fidel varios libros entre los que se podían apreciar algunos trozos de papel con notas escritas.

Citas de Cervantes: "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho" " El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza"

Citas de Calderón de la Barca: “Quien vive sin pensar, no puede decir que vive”.

Citas de Pablo Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.

O citas de Ortega y Gasset: “Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñes”.

Como en otras ocasiones, tras comentar las incidencias y novedades del día, nos sentamos un buen rato y charlamos. Él solía contarme historias de su infancia y de su juventud y también hablábamos de nuestras experiencias laborales. Mientras le escuchaba y mientras lo recuerdo, he querido trasladar algunas de aquellas conversaciones a vocabulario poblato. Es por tanto esta primera entrega, una primera aproximación escrita al habla poblata y el primer capítulo que quiero dedicar a mi padre, Fidel Rosillo López, que como tantas otras veces, aquella tarde de verano, me enseñó entre otras cosas, esta cita de Federico García Lorca:

“Desechad tristezas y melancolías, la vida es amable,
 tiene pocos días y tan sólo ahora la hemos de gozar”.





I CONTRIBUCIÓN AL VOCABULARIO POBLATO

Capítulo I

EL VERANO


De crio, ayudaba a mi padre y mis hermanos en los bancales, llevábamos el grano al atroje y cuidábamos del averío. En verano, nos empingorotábamos a coscoletas en las paratas, alguno blincaba y se daba un costalazo y quedaba baldao y escoriao. A otro le daba un apretón y se efarriaba. Había bandás de torcazos en las  cortijás. El sol churrascaba cerca de los partiores y alguno quedaba chusmarrao. Con los tirachinas apuntábamos a alguna burraca y la china pasaba raspeando. La gente en las suertes del Prao andaban con mucha briega sacando agua de los bujeros mientras los zagales acachongaban. Segábamos con corvilla, atábamos los haces con cordeles y nos dolía la corcusilla. Tras la siega, se trillaba en la era y se aventaba la parva con la horca cuando había alguna bufá y ventarea. Por la noche cantuseaban los grillos.

Moceaba con mis amigos en la Plaza y en el Convento. Íbamos al huerto del Rojo a por lechugas con vino. En el paseo de las Santas, muchas pirulitas con chambis hacían ojo mientras chafaldeaban en la chicharrina. Muchos críos en pañales, con roña y con las espinillas esollás, chupaban palodulce en los columpios, daban volteretas y se comían los padrastros. Algunos zangalitrones se daban marro y otros que rondaban se enmarañaban y arrempujaban, alguno se enritaba y se iba con comecome. Íbamos al Cojo Málaga y al bar Periche. En el cine, algún comitre se colichaba con mucha chorra. Mercabamos pipas mientras algunas pirulitas y alguna rechonchona cuchicheaban, se recochineaban y mentaban los desamoríos de algún cursi desaborío desapartao al que habían mandao de borneo. En el cine San Miguel nadie se estremecía y siempre había algún pasmao lameculos que se esplumaba y le daba cagueta en la mitad de la función. En la plazoleta todos los veranos, las mujeres cuchicheaban mientras mascaban chicle y los críos con cigarreras se capuzaban en el cañete. Zagales y zagalas se repretaban y arrejuntaban y hacían arrumacos mientras otros los arrodeaban.  A algún escuchiminao en la juguesca le arrucharon los cuartos.

En verano vigilábamos las pinatás y las carrascas desde las morras de los Tornajos del Buitre. En la Guillimona había sesteros de ovejas segureñas algunas rubiscas, y algunas cabras teticojas. Al pintar el día había calima y se escuchaban los colorines y chichipanes.

Al caer la tarde y terminar la faena, los mozos y mozas se iban de pindongueo,  se esturreaban y se daban la convidá. Algunos bebían a galillo y con una panzá de vino no paraban de hacer la probatura hasta chisparse dejando el solaje. Una noche un campusino ejalichao, marrandusco y trabiscorneao agarró una chispera con cuerva. Estaba arregostao al bar de Periche y se estaba atifarrando hasta que quedó atrabinao en la trasnochá con la jumera. Con un cepazo de un zangalitrón y una tufá se dispertó, le dio un arrechuzo, empezó a campanear  y al salir se dió un traspajazo, se aterró y se le reventaron las narices. Un samugo pajizo pingurucho que olisqueaba lo recogió con mucha tericia, llevaba un rasponazo y un recalcón en el remo. Al remate, se fue en el relente de la noche refunfuñando, con mucha pesambre y disjusto y un montón de manchurrones y con picacera en la minina.

Un día de agosto trajinabamos en el cortijo de San José de la Montaña. Hacía mucha chicharrina y mientras nos asolábamos, erribabamos las tapias viejas y muchas chapuzas del boliche hechas por algún cegarruto chapucero, usando la almaina, la picaza y el legón. Poníamos colañas con puntales y luego revoltones con púas y cañizo y nos untábamos de yeso. Pintábamos con azulete y arreglábamos las canaleras y los muros con el palustre y la plana. Las tapias nuevas las hacíamos de lastras que subíamos en capazos con la carrucha. Hicimos un horno con tosca y grea y hacíamos masa con calderos de agua de la acequia, cemento, guijarros y chinarro. A la hora de comer, echábamos el pestillo en la puerta que chirriaba y amarrábamos la soga a un cáncamo enrobinao. En la porchá encendíamos lumbre con arjuma y leña de carrasca, comíamos tajás de choto y asábamos en el rescoldo chuletas  que habíamos mercao, algunas se chusmarraban.

En la chicharrina alguna avispa extraviá comía chicha y nos picaban los tábanos. Después de comer una miaja de majunje nos aterrábamos y arranábamos en la pinocha de alguna pinatá dispareja mientras cantuseaban las chicharras. Antes de escurecer dábamos de mano, a final de semana nos daban la pagamenta. Aquella tarde abarruntaba nube, mientras algún pasmao cogía espliego. Los pastores estaban de mal aguaje, el ganao estaba esturreao y había que meter el abrío en la majá. Con un nubarrón se puso nublo y con la tronaera caía mucha pedriza, chispas y una panzá de agua. Se acababa ya la chicharrina del verano.


© José Fidel Rosillo Martínez. 2015.


viernes, 14 de febrero de 2014