viernes, 27 de mayo de 2011

EL MAR DE LOS SARGAZOS


El mar de los Sargazos es una región del océano Atlántico septentrional que se extiende entre los meridianos 70º y 40º O y los paralelos 25º a 35º N, y que en los siglos XVII al XVIII tuvo la tétrica fama de ser lugar de cementerio de buques de navegación a vela. Abarca parte del sector llamado Triángulo de las Bermudas.

El sector con una superficie total —aunque variable— de 3.500.000 km2, que se caracteriza por la frecuente ausencia de vientos, corrientes marinas, y la abundancia de plancton y algas, estas últimas formando «bosques» marinos superficiales que pueden extenderse de horizonte a horizonte y constituyeron junto a las «calmas chichas» un formidable escollo para la navegación desde la época del descubrimiento de América. Las corrientes circundantes se interceptan tangencialmente impulsando las aguas interiores en un lento círculo de sentido horario y concéntrico, cuyo amplio centro no tiene movimiento aparente y es de una calma eólica notable. En efecto, el área, de forma ovalada, es de límites difusos ya que no baña tierra firme —con la única excepción de las islas Bermudas— , y sus límites lo constituyen importantes corrientes oceánicas: al Oeste la Corriente del Golfo, al Norte la del Atlántico norte y al Sur una de las corrientes ecuatoriales.

Las corrientes que lo circundan determinan un sistema de aguas superficiales relativamente cálidas que se mueven muy lentamente en sentido horario, sobre las aguas más profundas del océano, mucho más frías y densas. Esta estratificación del agua por densidades, provocada por la diferencia de temperatura, tiene importantes consecuencias ecológicas. En las aguas superficiales, donde llega la luz, abunda el plancton vegetal, que consume sales como los fosfatos y nitratos. Debido a la diferencia de densidad, el agua de la superficie apenas se mezcla con el agua fría y rica en minerales de las capas inferiores, que podría reponer las sales consumidas. Por esta razón, en las regiones superiores del mar de los Sargazos apenas existe vida animal, y carecería de interés biológico si no fuera por el alga que le da el nombre, el sargazo (género Sargassum), que forma grandes campos, rebosantes de organismos marinos.

Sargassum (sargazo) es un género de macroalgas plactónicas de la clase Phaeophyceae (algas pardas) en el orden Fucales. Las algas, que pueden crecer en largo varios metros, son pardas o verde negruzcas y diferenciadas en rizoides, estipes y lámina. Algunas especies tienen vesículas llenas de gas para mantenerse a flote y promover la fotosíntesis. Muchas tienen texturas duras, que entrelazadas entre sí y con robustos pero flexibles cuerpos, le ayudan a sobrevivir a corrientes fuertes.


Sargazos flotando en el Golfo de México, el 2 de junio de 2003, cerca de Corpus Christi, Texas. Créditos: Tracy Villareal, University of Texas, Marine Science Institute.


El Mar de los Sargazos fue uno de los descubrimientos de Cristóbal Colón en su primer viaje a América y en el siglo siguiente se comenzó a gestar fama de cementerio de barcos.

Fueron los navegantes portugueses quienes pusieron el nombre al alga y al mar. El sargazo es un alga que forma grandes conjuntos enmarañados, que se mantienen a flote por medio de vejigas llenas de gas, y se extienden hasta el horizonte. Con frecuencia, los barcos portugueses se veían frenados por las algas, e incluso llegaban a quedar atascados en ellas, lo que daba a las tripulaciones tiempo de sobra para estudiar la planta. Como procedían de un país donde abundan las vides, los conjuntos de vejigas de gas les parecieron racimos de uvas de una variedad denominada salgazo. Así fue como el mar de los Sargazos adquirió su nombre.

El sargazo desciende de un tipo de algas que suelen crecer adheridas a las rocas cercanas a la costa, pero se ha adaptado por completo a la vida pelágica, y ahora flota en las capas superiores del océano. Es el lugar elegido por las anguilas para el desove todo el año.

Fuente: http://es.wikipedia.org/


domingo, 22 de mayo de 2011

MARIPOSAS EN LA SIERRA DE CARRASCOY


En estos días de primavera se pueden observar numerosos ejemplares de mariposas en la Sierra de Carrascoy. Entre las más abundantes encontramos la Saltacercas, (Lasiommata megera) especie que se distribuye por Europa, África del Norte y regiones del Próximo Oriente.

Esta especie vive principalmente en campos, prados y jardines, aunque también está presente en bosques claros hasta altitudes próximas a los 1500 metros. Las orugas están relacionadas en su dieta alimentaria con las gramíneas.


La Macaón (Papilio machaon) es una especie con amplia difusión por toda Europa, desde el Mediterréneo a las regiones subárticas. También se encuentra en el norte de África, Himalaya o Japón. Se distribuye desde el llano a cotas elevadas, en prados y claros del bosque. Es una de las mariposas europeas más vistosas.

viernes, 13 de mayo de 2011

VIVIR CON TERREMOTOS EN MURCIA

AYUDA A DAMNIFICADOS TERREMOTO DE LORCA

 
 MURCIA, 11 May. (EUROPA PRESS)

   El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha confirmado que el segundo terremoto registrado en Lorca ha tenido una magnitud de 5,2 grados, según han informado fuentes de la Delegación del Gobierno.

   El movimiento se ha registrado a las 18,47 horas en la zona de Lorca, según han informado fuentes de la Delegación del Gobierno.

   En concreto, el epicentro de este terremoto se ha localizado también al noreste de Lorca, en la zona de La Hoya, un poco más al sur que el anterior (37'68 grados norte de latitud y 1'62 grados oeste de longitud).


El pasado miércoles 11 de mayo de 2011 vivimos en la Región de Murcia dos de los terremotos registrados más importantes de los últimos años, con magnitud de 4,5 y 5,2.

En Murcia ciudad, alertado por el movimiento del edificio donde vivo y sabiendo la importancia de lo que estaba ocurriendo, tras la tranquilidad nerviosa posterior a los temblores  conecté el televisor donde en España Directo daban las imágenes en tiempo real de lo que estaba aconteciendo en Lorca.

A pesar de los últimos avances en construcción de edificios, de la existencia de normas sismorresistentes, de la existencia de planes de emergencia y evacuación y de la información que el ciudadano recibe para protegerse de los terremotos, en el  terremoto de Lorca del 11 de mayo de 2011 se conocen hasta ahora 9 víctimas mortales y decenas de heridos algunos de ellos graves, quizás demasiadas para los avances y conocimientos que poseemos en nuestros días, pero un terremoto hoy por hoy es muy difícil de predecir, por ello será necesaria una reflexión seria y profunda sobre el estado real de seguridad estructural y fundamentalmente de fachadas de los edificios, sobretodo de los de cierta antigüedad todavía abundantes en nuestros pueblos y ciudades. Será necesaria realizar una mejor y eficaz formación e información sobre terremotos a los ciudadanos sobretodo a personas mayores y que los jóvenes no olviden las recomendaciones básicas de actuación ante terremotos que damos en los centros educativos. Será por tanto necesaria una mejor preparación ante un problema con el que tenemos que convivir. Hoy es un día triste en Murcia, donde todos debemos estar con los Lorquinos y ayudar en la medida de nuestras posibilidades. Vaya de antemano mi solidaridad y condolencia con las víctimas de Lorca.

¿QUÉ HACER EN CASO DE TERREMOTO?

Presento algunas páginas de consulta para aprender a protegerse de terremotos.

INSTITUTO ANDALUZ DE GEOFÍSICA
Recomendaciones básicas para protegerse de los terremotos.

INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL
Qué hacer en caso de terremoto
http://www.fomento.es/mfom/lang_castellano/direcciones_generales/instituto_geografico/geofisica/sismologia/informacionsis/comoactuar.htm


Dada la actualidad del tema que nos ocupa y sabiendo que los habitantes del sur y sureste peninsular tenemos que aprender a vivir con terremotos, he recopilado información de gran interés procedente de la Comisión Permanente de Normas Sismorresistentes así como de la web atlas de Murcia.com, información que presento a continuación de forma literal.

MINISTERIO DE FOMENTO (Comisión Permanente de Normas Sismorresistentes)

El objetivo de las normativas sismorresistentes es evitar la pérdida de vidas humanas y reducir el daño y el coste económico que puedan ocasionar los terremotos futuros. Las normas proporcionan unos criterios y recomendaciones, de modo que su aplicación al diseño dote a las estructuras de suficiente sismorresistencia para que las construcciones no sufran daños relevantes ante sacudidas sísmicas pequeñas, puedan resistir sin daños estructurales ante movimientos sísmicos moderados y puedan evitar el colapso ante las sacudidas más fuertes previsibles, con una probabilidad razonable, aunque con posibles daños.

La Norma actualmente vigente, NC SE-02, ha sido elaborada por una Subcomisión integrada por expertos de arquitectura, ingeniería, sismología, geología, etc, y aprobada por la Comisión Permanente de Normas Sismorresistentes, presidida por el Director General del Instituto Geográfico Nacional. Ha incorporado nuevos criterios y sugerencias extraídos de lecciones aprendidas en los últimos grandes terremotos destructores [como los México (1985), Armenia (1988), Loma Prieta (1989), Kobe (1995), Izmir (1999) o Taiwan (1999)] y del análisis de otras normas internacionales, que también han sido revisadas y actualizadas.
En su redacción se han tenido en cuenta las directrices europeas en materia de construcción sismorresistente, haciendo compatible la nueva Norma con el Eurocódigo. Asimismo, se han analizado y recogido los informes y sugerencias aportadas por los Colegios Profesionales y técnicos españoles que han venido aplicando la Norma anterior, lo que ha proporcionado una mayor precisión y claridad a la redacción de las prescripciones contenidas en la nueva Norma.
Las características más destacables de la NCSE-02 son las siguientes:
  • Simplifica los criterios generales de aplicabilidad a partir del mapa de peligrosidad sísmica y del tipo de construcciones. En un anexo se dan, para cada municipio donde es obligatoria la Norma, las aceleraciones sísmicas básicas esperadas para un periodo de retorno de 500 años.
  • Recoge explícitamente que la finalidad última de la Norma es evitar la pérdida de vidas humanas y reducir el daño y pérdidas económicas por terremotos futuros, tal como se hace en los principales códigos sísmicos internacionales.
  • Incorpora una novedad para los casos de terremotos de intensidad alta, que causen daños en construcciones: obliga a que se haga un reconocimiento de la gravedad de dichos daños en las construcciones afectadas, de modo que se puedan tomar medidas preventivas y evitar así riesgos aún mayores. Una de estas medidas es que no sean utilizadas, durante las réplicas al terremoto, aquellas edificaciones con daños estructurales graves.
  • En las zonas donde es obligatoria la aplicación de la Norma, se impide que se realicen nuevas construcciones destinadas a vivienda o a uso público cuya estructura sea de mampostería en seco, adobe o tapial, ya que la experiencia ha demostrado su alta vulnerabilidad ante terremotos de magnitud media y alta.
  • La Norma es más exigente con las construcciones de importancia especial como son, por ejemplo, servicios esenciales (hospitales, centros ligados con emergencias, etcétera) o instalaciones básicas de las poblaciones (agua, electricidad, etcétera) de modo que éstas puedan ser utilizadas en situaciones de emergencia y desastres.
  • También es más exigente con la influencia del terreno de cimentación de las construcciones, ya que se ha observado que muchos de los fallos durante terremotos destructores son debidos a una cimentación inadecuada a las características de dichos terrenos. Se dan prescripciones y criterios claros para la caracterización de los suelos y para el diseño y ejecución de la cimentación.
  • Introduce un cuarto tipo de suelo, el muy blando, para el que se prescriben exigencias en el diseño y la ejecución mayores que en la anterior Norma, de forma similar a lo recogido en el Eurocódigo y otras normativas sismorresistentes internacionales. Esto se ha considerado ahora completamente necesario, ya que se están incorporando en los planes urbanos terrenos que anteriormente no lo estaban como, por ejemplo, terrenos ganados al mar, zonas desecadas, etcétera, que son del tipo de suelos muy blandos.
  • Se dan unas reglas de diseño y prescripciones constructivas mas completas, detalladas, rigurosas y claras, sobre todo en las construcciones de muros de fábrica y en las de hormigón armado, para dotar a las mismas de propiedades sismorresistentes acordes con los niveles de intensidad de las sacudidas sísmicas que pueden afectar a cada zona, niveles que vienen claramente reflejados en el mapa de peligrosidad, facilitándose así su aplicación.
  • Se proporcionan criterios para evitar que elementos no estructurales como cerramientos, particiones, antepechos, chimeneas, revestimientos, etcétera, se desprendan durante los movimientos sísmicos, para reducir así las víctimas que estos desprendimientos pudiesen ocasionar sobre todo si cayesen sobre zonas transitadas.


SISMICIDAD EN MURCIA (atlasdemurcia.com)

En relación con el resto de España, la Región de Murcia presenta una sismicidad media a alta, considerada la península Ibérica como de sismicidad moderada.

La mayoría de los focos sísmicos de las Cordilleras Béticas son superficiales (inferior a 60 km), aunque existen algunos profundos (600 km) en las proximidades de Granada, que se pusieron de manifiesto en varios terremotos ocurridos en 1954, uno de ellos con magnitud 7. En la Región de Murcia, la mayoría se sitúan entre 5 y 10 km. de profundidad; la magnitud máxima generalmente está comprendida entre 5 y 6.

El ITGE realizó, en 1993, el "Mapa neotectónico, sismotectónico y de actividad de fallas de la Región de Murcia" y en 1995 el “Atlas Inventario de Riesgos Naturales de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia”; en ambos participó el autor del pre- sente trabajo y han servido de base para redactar este capítulo.


La sismicidad suele dividirse en histórica e instrumental, señalando aproximadamente el comienzo del siglo XX como límite entre ambas. Según Ibargüen y Rodríguez Estrella (1996), en la Región de Murcia existen noticias sobre destrucciones concretas causada por terremotos desde 1579. Una breve reseña árabe informa sobre un suceso muy importante ocurrido en el año 1048, con una localización peor definida. Aún más vagas son las noticias de origen romano.

Terremoto de 1048. En este año tuvo lugar un terremoto de grandes dimensiones, entre Orihuela y Murcia; tal como se deduce de la descripción que hace el geógrafo árabe Al-Udrí. El terremoto debió de aproximarse a una intensidad X.

Sucesos de 1579 y 1674 en Lorca. El 3 de febrero de 1579 tuvo lugar un terremoto de intensidad VIII, pero fue mayor el ocurrido en 1674, de grado IX, el único que se sepa haya producido decenas de muertos, concretamente 40.

Terremotos del siglo XVIII. El gran terremoto de Lisboa, de 1 de enero de 1755, de intensidad X, se sintió dentro de la Región de Murcia con intensidad VI en Lorca y Pliego, durante casi 10 minutos. Por otro lado, el terremoto de grado X que destruyó la plaza de Orán se sintió con grado V en Cartagena, junto con un tsunami que elevó las aguas 6 pies.

Los terremotos de Torrevieja. La secuencia de terremotos ocurridos en Torrevieja, durante la primera mitad del siglo XIX, constituyen el hecho bien conocido más importante de carácter sísmico que haya afectado a Murcia. Este terremoto fue de intensidad X y en Murcia se produjeron grietas y desprendimientos en la catedral y otras iglesias, así como en Cartagena se decretó un reconocimiento general de todas las construcciones.


Segunda mitad del Siglo XIX. Se produjeron períodos sísmicos culminados con grado VI en Alhama de Murcia (1855) y Archena-Ceutí (1883), así como grado VI en Alhama (1864) y Yecla (1896). Sólo se conoce la muerte de un hombre por colapso de una cueva en Zancarrones (1855).

En 1899, se instaló el primer sismógrafo en España, por lo que a partir de entonces se puede hablar de magnitud de los sismos. También se ha podido afinar la localización del epicentro; hasta hace poco la precisión era superior a 3 km, pero, ahora, debido a un aumento de la Red Sísmica Nacional, se puede determinar con bastante exactitud los epicentros, sobre todo en nuestra región, donde los terremotos son muy superficiales y además se han colocado varios acelerómetros.

Durante la primera mitad del siglo XX, se han producido algunos terremotos de magnitud 5 que han dado lugar a intensidades de VII e incluso VIII. El período sísmico más notable se inició el 21 de marzo de 1911 con un grado de intensidad de VIII en las Torres de Cotillas; repitió la misma intensidad en Lorquí el 3 de Abril y continuaron las vibraciones hasta el 18 de Junio. En la misma comarca se registraron grados VII el 2 de enero de 1917 en las Torres de Cotillas y el 3 de septiembre de 1930 y 3 de abril de 1931 en Lorquí. También en Yecla, el 27 de enero de 1931 tuvo lugar un terremoto de magnitud 4 y de intensidad VI-VII.

El más reciente de grado VIII catalogado en la Región de Murcia se produjo en Cehegín el 23 de junio de 1948; los daños en las viejas y mal construidas casas fueron tales que hubo que derribar un pequeño barrio por completo.

Según Ibargüen y Rodríguez Estrella (2001), a partir de los episodios de magnitud 5 ocurridos entre Berja y Adra (Almería) el 23 de diciembre de 1993 y de magnitud 4,9 sucedido el 4 de enero de 1994 unos 26 km al Sur del anterior, se ha observado una reactivación de la sismicidad en el Sureste Peninsular. Vamos a describir sólo aquellos que han superado la magnitud 4.

El seísmo ocurrido en las Torres de Cotillas el 26 de noviembre de 1995 alcanzó una magnitud de 4,1 y una intensidad de V-VI. En la serie se englobaron 10 réplicas, de las que sólo 2 superaron la magnitud 3. Se registraron desperfectos de cierta importancia en las viviendas de peor calidad, y en el resto, sólo se cayó del techo la escayola y molduras, y de las paredes azulejos, rodapies, roturas de cristales, etc. Tectónicamente está ligado a la falla de la Vega Alta del Segura en su intersección con la de Alhama de Murcia.

El 2 de septiembre de 1996 en Ramonete tuvo lugar un seísmo con magnitud de 4,5 e intensidad máxima de VI, llegándose a apreciar hasta en Albacete (intensidad II). La serie comprende 8 réplicas, de las que 4 sobrepasan el grado de magnitud 3. Dado que la zona epicentral está muy despoblada, los daños fueron escasos; no obstante en las pedanías de Ramonete y las Librilleras se apreciaron desplazamientos de muebles pesados, caídas y roturas de objetos y fisuras en revestimientos y escayolas de construcciones tipo B. Las personas salieron a la calle atemorizadas y la vibración se mantuvo durante 5 segundos. La actividad sismotectónica en la zona epicentral está ligada al arco estructural de Aguilas, condicionado por los sistemas de fallas de Palomares, con desgarre sinestroso y dirección NE-SO, y de las Moreras, de dirección N 120 E y desgarre dextroso y más concretamente a ésta última.

El 2 de febrero de 1999 tuvo lugar en Mula un terremoto de grado 5 (si bien algunos autores lo rebajan a 4,8), que es el más importante experimentado en la Región de Murcia desde el catalogado con fecha 23 de junio de 1948, que con la misma magnitud dio lugar a una reducida área de grado VIII en el valle del Río Argos, entre Cehegín y Calasparra. Fue precedido de un precursor de magnitud 3,6. En la serie, se englobaron un total de 43 réplicas ese mismo mes, de las que sólo 2 superaron la magnitud 3 y otras 31 estuvieron comprendidas entre 2 y 3. Las profundidades determinadas se encuentran entre 1 y 7 km, siendo 4 km la del sismo principal.

Los mayores daños se registraron en lugares de construcción antigua, como la Puebla de Mula, pero también en barrios construidos recientemente en las proximidades de los ríos Pliego y Mula; algunas construcciones de vulnerabilidad A han sufrido daños de grado 3.

Se han observado diversos efectos sobre la naturaleza, denominados efectos sismogeológicos por el Consejo de Europa y que no han sido incluidos en la escala MSK. Estos son:

- Desprendimientos y vuelcos de rocas en el castillo de La Puebla de Mula.
- Carretera de Caravaca, Sierra de Cajal, etc. que originaron cortes de carreteras, caídas de postes de distribución eléctrica, muerte de reses y daños en pavimentos (Rodríguez Estrella y Navarro Hervás, 2001).
- Grietas en el terreno, concretamente en el lugar del epicentro de mayor magnitud (extremo occidental de la Sierra de Cajal).
- Variación de caudal en los manan- tiales. La fuente de Caputa, situada en el epicentro sísmico principal, dejó de manar, reanudándose su flujo al día siguiente; por el contrario, la fuente de los Baños de Mula se en- turbió y aumentó de caudal.

Los servicios sanitarios atendieron a 7 heridos, de los cuales uno fue calificado como grave. Las lesiones se produjeron por caída de cornisas, muebles y elementos domésticos. Según la distribución espacial de los sismos y sus réplicas, en relación con las fallas de la Cuenca de Mula, el terremoto principal está relaciona- do con la falla de Albudeite, de dirección N 120 E y desgarre dextral, en su intersección con la falla de Bullas.

El día 6 de Agosto de 2002, a las 8 horas y 16 minutos, tuvo lugar un terremoto a 2,5 km al NE de la pedanía de la Paca (T.M. de Lorca) de profundidad superficial y una magnitud de M b =4,6 al que se le ha denominado “terremoto de Bullas”. Se tiene constancia de que el terremoto llegó a ser percibido en Albacete, Ciudad Real, Jaén, incluso Madrid. La sacudida fue registrada por siete acelerógrafos existentes en la zona, alcanzando en Mula (a 32 km del epicentro) un valor de 0,02 g. El sismo fue seguido por más de 200 réplicas en una semana, algunas de las cuales alcanzaron la magnitud de 4,2; éstas se distribuyen en una alineación NW-SE, que se corresponde aproximadamente con la falla que delimita por el oeste la Sierra Espuña y que está relacionado con la falla de Bullas (falla de Cádiz-Alicante). Ante la importancia de la secuencia de réplicas, muchos vecinos durmieron en la calle, especialmente los de La Paca. Afectó con grado VI a las pedanías del Norte del término municipal de Lorca: La Paca, Coy, Doña Inés, Avilés y Zarcilla de Ramos.

El seísmo de la Región de Murcia sucedido el 29 de enero de 2005, en Zarcilla de Ramos, de magnitud 4,8, que también fue poco profundo (entre 3 y 7 km). El emplazamiento coincide aproximadamente con el que sucedió en la Paca, el 6 de agosto de 2002, por lo que se corresponde con la falla que delimita por el oeste la Sierra Espuña y que está relacionado con la falla de Bullas. Se registraron más de 200 réplicas. Los desperfectos fueron superiores a los producidos durante el terremoto anterior pues, además de ser de mayor magnitud, “llovía sobre mojado” ya que algunas de las viviendas presentaban todavía grietas sin reparar.


Íntimamente relacionado con la sismicidad está la neotectónica (o tectónica nueva) que consiste en la existencia de movimientos lentos y más o menos continuados, fruto de una fase de plegamiento reciente incluso actual de dirección aproximadamente N-S, que origina ciertas deformaciones en el terreno (los seísmos son la respuesta a estas modificaciones). Aunque también existen pequeños pliegues en terrenos cuaternarios, como en la costa, o en el interior ligado al diapirismo (Jumilla, Caravaca, etc), la mayoría de las deformaciones se tratan de fracturas y donde están más desarrolladas es en las proximidades de la Falla de Alhama de Murcia (FAM), que se trata de la falla más activa de España. El movimiento actual de la misma, de desgarre sinestral, origina consecuencias no deseables en urbanizaciones que han sido construidas en la traza de la falla, como el canal del Trasvase Tajo-Segura (Rodríguez Estrella y Almoguera (1986), que ha llegado incluso a romperse; en las urbanizaciones del Norte de Lorca y en el Túnel de Lorca (Rodríguez Estrella y Mancheño, 1993); las grietas producidas, además de ocasionar perjuicios económicos, ponen en grave riesgo la vida a los habitantes de los barrios altos como los de S. Juan o S. Lázaro.

Otra zona donde hay una tectónica activa es en las Vegas del Segura (Rodríguez Estrella y López Bermúdez, 1983 y Rodríguez Estrella, Hernández Enrile e Ibargüen, 1999), que constituyen fosas tectónicas y en las que el movimiento de las fallas internas ha condicionado desde la geomorfología de los meandros (meandros rectilíneos y no curvilíneos) hasta la topografía del terreno (pequeños escarpes).

Por último, existen movimientos epirogénicos verticales, especialmente en el litoral murciano, en el sentido de que mientras que la zona de Mazarrón se eleva, la de Aguilas se hunde 0,9 m m/a (FIGURA 13) y la Manga se hunde 3,8 m m/a (Rodríguez Estrella y Lillo Carpio, 1986, y Jiménez García, 1998). Así mismo, la ciudad de Murcia se hunde 0,4 m m/a.


EL FUTURO SÍSMICO DE LA REGIÓN DE MURCIA

Abunda ya la impresión general entre los sismólogos españoles (Ibargüen y Rodríguez Estrella 1996) de que existe un "retraso en la liberación de deformación elástica", por lo que las próximas décadas pueden ser más sísmicas que las pasadas recientes. El grueso de la energía se disipa en nuestro país mediante terremotos de magnitud 6,5-7 que dan lugar a intensidad máximo de IX y excepcionalmente de X. El último de tales sucesos ocurrió en Arenas del Rey (Granada) el 25 de diciembre de 1884, por lo que el intervalo de tiempo trascurrido es superior a la media, que en cualquier caso es muy irregular. Durante los últimos 6 siglos se han presentado agrupaciones de 2 a 4 sucesos ocurridos en 2-3 décadas separadas por intervalos de 5-14 décadas de menor sismicidad.

En el Sureste Ibérico, y según un estudio de estadística puntual realizado por Ibargüen (1983), se observa que existen épocas de actividad con presentación de varios sucesos, separados por intervalos de relativo silencio sísmico; este autor preconizó, en 1983, que a finales del siglo XX se iniciaría una época de actividad y así ocurrió, pues concretamente la sismicidad se inició en 1994 en las Torres de Cotillas con magnitud 4,1, siguió en Ramonete en 1996, con 4,5 y culminó en 1999, en Mula, con 5. En el siglo XXI, la actividad ha continuado incluso con mayor frecuencia, pues con intervalo de tan solo 3 años ya ha habido dos terremotos de magnitud 4,6 y 4,8.

La tasa de movimiento horizontal en la Falla de Alhama de Murcia es del orden de 1m m/año, mientras que la tasa de elevación de la Sierra de la Tercia, debido a la componente inversa en la misma falla, es de 0,2-0,3 mm/a (Martínez Díaz y Hernández Enrile, 1992). Los períodos de retornos para rupturas principales, que se deducen de criterios geológicos, son de algunos miles de años. Según la modelización de las fallas ciegas que dan lugar a pliegues en el Bajo Segura, efectuada en la Universidad de Montpellier por Toboada, Bousquet y Philip (1993), el período de retorno para un terremoto como el de 1829 en Torrevieja estaría comprendido entre 1000 y 2000 años. Los períodos de retorno para altas intensidades deducidas de ajustes estadísticos son también del orden de algunos miles de años; dado que la muestra de sismicidad histórica disponible comprende solo 600 años, los resultados presentan una alta incertidumbre que podría atenuarse mediante la investigación paleosísmica.

El equipo de Montpellier compara sus resultados con los obtenidos por otros métodos para la falla de Asnam (Argelia), situada en un contexto sismotectónico similar. Según estudios paleosísmicos, el período de retorno para un terremoto de magnitud 7,3 es allí de 2000 años; la tasa de movimiento, calculada mediante observaciones de campo y trincheras, se estima comprendida entre 0,5 y 1,5 mm/a. Los períodos de retorno en el Bajo Segura pueden ser menores, ya que corresponden a magnitudes inferiores.

Si se compara la intensidad y el área de destrucción en el terremoto de 1829 de Torrevieja, que se encuentra ubicado en un corredor compresivo de falla inversa, con los sufridos en Lorca en 1674, que se encuentran situados en un corredor de desgarre, se deduce que en este último la peligrosidad es menor, a pesar de que los dos seísmos debieron ser de magnitudes muy similares. Ello es debido al desarrollo vertical en la fallas de desgarre frente al desarrollo horizontal de las fallas inversas.

Si se observa la traza del cabalgamiento de Carrascoy-Bajo Segura se ve que existen dos segmentos: uno occidental, el de Carrascoy, de dirección N 60 E (que ha sido estudiado por Rodríguez Estrella, H. Enrile e Ibargüen, 1999) y otro oriental, de dirección casi O-E (que fue estudiado por Montenat, 1973). Se sabe con certeza que en 1829 se deslizó el segmento oriental, con el terremoto de intensidad X; pues bien, José Ibargüen hace la siguiente consideración lógica: "si el terremoto que se produjo en 1048, también de intensidad X, se localizó efectivamente entre Murcia y Orihuela, habría correspondido al deslizamiento del sector occidental y puesto que de esto hace ya 958 años y si consideramos un retorno de 1000 años, hacia el año 2048 podría suceder otro terremoto de gran intensidad, que afectaría muy directamente a la ciudad de Murcia. Pero esto no se puede saber con exactitud, pues estamos hablando en un lenguaje estadístico (de medias).

TU APORTACIÓN CUENTA.

 PUEDES AYUDAR A LOS DAMNIFICADOS DEL TERREMOTO DE LORCA (MURCIA)

http://www.murciapie.es/2011/05/donativo-victimas-terremoto-de-lorca.html

lunes, 2 de mayo de 2011

Búsqueda de 'vida marciana' en la Tierra


Rio Tinto. Fuente: Google Earth.

Existen cinco regiones en la Tierra con rasgos similares al planeta marciano. El CSIC investigará una de ellas en Nueva Zelanda con depósitos de sílice. Quieren comprobar si estas zonas análogas a Marte albergan trazas biológicas.

La Tierra y Marte fueron muy similares durante sus orígenes, hace unos 3.500 millones de años. Actualmente, distintas regiones terrestres presentan características análogas a ciertos ambientes del pasado marciano.

Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial pretende analizarlas para evaluar la posible presencia de restos de vida en el planeta rojo.

Cada una de estas zonas posee diferentes características comunes a estos entornos primitivos, y "la integración de todas ellas es la que aporta una visión conjunta del entorno marciano", señala David Fernández, paleontólogo del Centro de Astrobiología y responsable del proyecto.

En breve partirán hacia Parakiri y Rotorua, dos regiones de Nueva Zelanda que poseen depósitos de sílice y donde, recientemente, la sonda Spirit de la NASA descubrió sedimentos similares a la superficie marciana.

Ahora, el reto de los científicos españoles -señala un comunicado del CSIC- será dilucidar si son capaces de preservar información biológica.

Otras regiones terrestres 'marcianas'

La zona de Barberton (Sudáfrica) es otro de los entornos seleccionados para el proyecto. Está formada por rocas con una antigüedad cercana a los 3.500 millones de años, cuando las condiciones de ambos planetas eran similares, y que podrían revelar el ambiente en el que pudieron surgir las primeras evidencias de vida en Marte.

Mientras, el desierto de Atacama (Chile) se asemeja a la superficie marciana por sus condiciones de sequedad extremas. Además, los volcanes de la zona han promovido el desarrollo de depósitos salinos similares a los detectados en Marte.

Y la región del Río Tinto, en Huelva, es la última zona seleccionada. La comarca ya ha sido objeto de múltiples estudios debido a sus singulares condiciones de acidez y oxidación, capaces de albergar vida.

Las cinco áreas seleccionadas, explica el CSIC, contienen depósitos que abarcan desde la actualidad hasta hace 3.500 millones de años, que podrían revelar "el patrón de destrucción o preservación de la materia a lo largo del tiempo".

Una vez obtenidos los resultados, los investigadores determinarán qué biomoléculas son más susceptibles de aparecer en cada tipo de entorno y crear una lista de regiones en Marte sujetas a estas condiciones según los datos que ofrecen las sondas planetarias.

Y esta información servirá para seleccionar zonas de estudio en futuras expediciones al planeta, y "si alguna vez hubo vida en Marte, la encontraremos antes o después", concluye Fernández.

Fuente :www.rtve.es/noticias